He preparado un recopilatorio de frases y acciones matapasiones; es decir, aquellas cosas que son como baldes de agua fría en los primeros encuentros, dentro y fuera de la cama. Cualquier semejanza con hechos y personas reales no es mera coincidencia:
En la primera cita:
– estás en un bar o café, habéis tomado un cortado o un agua y llega la cuenta. Él propone pagar a medias, o lo que es peor, te pide que lo invites tú porque no lleva efectivo. Arrr
– ¡de aspecto no está nada mal!; piensas con satisfacción agradecida por haber aceptado la cita a ciegas que tu amiga Pepa te coordinó. De pronto sonríe y tiene los dientes torcidos y marrones. Auggh.
– se pasa toda la velada hablándote de su ex; ¡y encima te muestra la foto de ella que lleva en la billetera! Noo.
– se pasa toda la velada hablándote de sus 3 hijos pequeños; ¡que traviesos que son!
– se pasa toda la velada hablándote de sus 3 hijos adolescentes; ¡están en una edad tan complicada!
– en el otro extremo; nunca tuvo novia ni una relación estable. Danger!
– le hacen mobbing en el trabajo, porque él nunca ha sido valorado como se merece, todos sus logros se los apropian otros, lo ningunean, le pagan mal, ni siquiera… bla, bla, bla.
– el típico mono-temático; por ejemplo que es un apasionado del deporte y las actividades de riesgo; no tiene otro tema de conversación.
– “eres simpática; pero no te vendría mal hacer deporte para mejorar tu aspecto”, plop.
– no para de hablarte de su mejor amigo, con ojillos de carnero degollado; ¿habrá por ahí algo oculto que asumir?
– eres la mujer de su vida, ya solo con verte…
– todas las mujeres son malas.
– su terapia con el psicólogo
– se emborracha
– su hipoteca
– la crisis.
– calzoncillos de post-guerra; rotos o agujereados
– calzoncillos grisáceos; ¿aquello que veo por ahí es una mancha?
– al desvestirse se rasca las pelotas; ¡no podés!
– se acuesta de espaldas con los brazos atrás de la nuca, esperando que tú lo hagas todo; ¡trabajá un poquito!
– su habitación es un nido de ratas.
– su habitación está llena de fotos de su ex.
– “cariño, no hagamos mucho ruido que la habitación de mamá está al lado”.
– y esta es la estrella (aunque no ocurrió en una primera cita): el galán se equivoca y en vez de vaselina te pone allá abajo, una vaselina con anestésico que le dio por error la farmacéutica. Llegado un punto te preguntas preocupada: ¿tendré un grado de insensibilidad tal que no siento ni su lengua? Pero todo se aclara cuando él levanta su carita de asombro para informarte que se le ha dormido la lengua. Noooooooo.
Por Raffaella Carrà